Lo que existe a nuestro alrededor fue creado por nosotros, consciente o
inconscientemente. Somos seres dotados de voluntad y conciencia, y tenemos el
poder de crear de manera diversa. Esto nos hace diferentes del resto de los
seres en la naturaleza. Idealmente ejercitaríamos
nuestra voluntad de manera consciente para emplear nuestra capacidad creativa,
y construir el mundo que deseamos y merecemos. Y allí se encuentra el detalle
que hace la diferencia en nuestras vidas, en este caso es la conciencia que
tenemos de lo que merecemos recibir mientras completamos nuestro peregrinaje en
este planeta. Esto es algo arraigado dentro de nosotros, y está estrechamente
ligado a nuestra estima. La vida es nuestro espejo, y no nos otorga a
cambio más que aquello que nosotros podemos ver en nosotros mismos. Nuestra conciencia de merecimiento tiene que ver con nuestras creencias
fundamentales, y tiene su raíz en lo que creemos que somos, y no en lo que
realmente somos. Tal vez se pregunte ¿Cómo
puede una creencia ser más importante en nuestras vidas que la realidad? Como
lo dijo Descartes una vez: "Pienso luego existo". Esa sencilla frase nos provoca, ya que expone el concepto de nuestra
capacidad de construir nuestra realidad por medio de nuestros pensamientos. Por
esta razón, para cada individuo, los pensamientos que albergue su mente son más
importantes que la realidad; pues la preceden. Acaso, si pensáramos al revés… “existo luego pienso”, podríamos abrirnos
puertas a cuestionamientos más misericordiosos con nosotros mismos, dejando
lugar a elecciones conscientes, de qué deseo para mí. ¿Qué me merezco? ¿Qué
quiero encontrar? En lugar de ¿qué busco? Son dos preguntas diferentes,
que nos conducen por andariveles distintos. La diferencia radica en la manera
en que me apropio de mi situación y en el poder que tengo para actuar sobre
ella. Para esto, es condición necesaria saber qué quiero. Tomar conciencia
de mi existencia y ver qué forma y dimensión quiero otorgarle. Es decir, los pensamientos construyen realidades y así como pensamos, somos. De lo anterior podemos comprender el por qué de donde nos encontramos en la
vida en la actualidad, y la manera como nos desenvolvemos en ella; resulta de
las creencias que una vez elegimos albergar, principalmente sobre lo que
merecemos obtener a cambio de la vida. Si incluimos el para qué, estaremos
en poder de una brújula que ayude a orientar nuestras acciones de ahora en
adelante. Desde aquí hacia otro estado, momento, condición, forma. Se trata de embarcarse en un proceso reflexivo, de autoconocimiento para
entender y conocer nuestros modelos mentales, nuestras creencias y los valores
que les adjudicamos. ¿Quién deseo ser? Podemos
cambiar si es nuestro deseo. No se trata del todo o nada. Se trata de
elegir, qué, cuándo, cómo, quién, dónde, por qué y para qué? Todas preguntas que favorecen e invitan a
que dejemos de lado cosas que ya no nos sirven, que no se adecuan a quienes
estamos siendo, ni a lo que sentimos. Salir de la caja y dejar de lado o
eliminar patrones que nos limitan en nuestro crecimiento, en nuestras ganas de
conocer para crear mundos nuevos. Entonces…, nos volvemos creativos. En la actualidad es cada vez más necesario, tomar conciencia de nuestras
emociones. Nuestros sentimientos. Integrar las inteligencias en un todo que nos
ayude a concebir holísticamente al planeta. Si pensamos a la vida como nuestro espejo y nos enfocamos solamente en
nuestra imagen, lo que nos devuelve es una parcialidad, un fragmento, y si no
vemos al todo, es decir al resto de los planos, estaremos dando menos de lo que
somos capaces de dar. Nadie puede dar lo que no cree que tiene. ¿Está
usted a gusto con lo que recibe a cambio de la vida?, en caso de no estarlo
pregúntese entonces ¿Qué le está dando a la vida?, y principalmente ¿Cómo lo
está haciendo? ¿Está viendo la totalidad de lo que se ofrece, o ha elegido
seguir subsumido por sus percepciones? Vemos la realidad entre paréntesis,
condicionados por nuestros sentidos. ¿Hace usted algo por
bucear, indagar y llegar más profundo? Ir más allá de lo que se ve? La actitud que asumimos ante la vida es tan importante como lo que hacemos
en ella. Se trata de calidad en vez de cantidad, y nuestra actitud y
calidad de acciones, están directamente relacionadas con la autoestima. La
conciencia de merecimiento y la autoestima están estrechamente ligadas. Cuando una persona tiene su autoestima en alto siente que se merece lo
mejor que la vida tiene para ofrecer, y el sentir de ese modo y poder
disfrutarlo, nutre su autoestima. Desde el Amor que nos
tenemos establecemos cuanto valemos, y lo que creemos que valemos nos hace
sentir, a cuanto tenemos derecho en la vida, o lo que es lo mismo, lo que
merecemos. Tenemos a nuestra
disposición Paz, Amor, Bienestar, Salud y Prosperidad. Pero ¿Cómo conectarnos
con lo que nos ofrece la vida? ¿Cómo nos podemos ayudar a comprender cómo nos
relacionamos con la percepción de la realidad de la vida?, ¿Cómo percibimos la
Verdad, el Amor y la Energía que hay en ella? Es importante estar ubicados en tiempo y espacio. Vincularnos con nuestro
presente en el aquí y ahora. Para comenzar la más pequeña travesía, es
necesario tener un punto de partida y así, poder trazar un boceto del curso a
seguir. En este caso se trata de
establecer quién somos en realidad. ¿Somos quien creemos que somos, o somos lo
que realmente somos? Para descifrar esto podemos ayudarnos buscando
limitaciones a nuestras definiciones. ¿Cuáles y dónde están los límites
del Ser? ¿Existen esos límites? Una vez que conocemos quien estamos siendo, la
verdad en sí misma pasa a formar parte de nuestras vidas. Y a partir de allí
hablamos desde esa honestidad, que nos invita a ser humildes. Se trata de comprender que esa verdad puede ser no compartida por otros, o
diferente a la de quienes se dirigen a nosotros, que a su vez tienen la suya.
Se trata entonces de ser ético y legitimizar al prójimo, como pretendo que lo
haga conmigo. Puedo no entender o no compartir sus verdades, pero no puedo
dudar de que lo que siente y piensa, es inherente a su propia humanidad. Es eso
justamente, lo que nos iguala. Si aprendemos a amarnos
por lo que realmente somos-siendo, cualquier cosa se convierte en una
posibilidad en la que podemos emplear nuestra energía para crear. Esto nos despierta a un nuevo nivel de percepción, en el cual nos volvemos
conscientes de que por medio de nuestras ideas hemos estado dirigiendo esa
energía a crear lo que es nuestra vida. Nos vamos conectando emocionalmente con
lo que consideramos cierto y nos manifestamos en consecuencia. Esta energía vital y creativa permite la integración de posibilidades con
nosotros mismos, los demás, la naturaleza y el cosmos. Una forma más de tomar
contacto directo con el fluir de la vida, de los cambios, pudiendo
ser-en-el-mundo merecedores de todo lo mejor. Si estamos conscientes del sistema de pedidos y ofertas que se mueven en el
universo, podemos ser partícipes del proceso. Estos procesos existen para
establecer equilibrio; comprenderlos nos ayuda a facilitar la prosperidad en
nuestras vidas. Si logramos centrarnos,
estaremos viviendo en armonía. En paz. Desarrollando nuestra intuición, podemos
ampliar nuestra capacidad sensorial que no es otra cosa que una capacidad de
ver de manera muy precisa, nítida y asertiva con conciencia plena. Se trata de actuar coherentemente, sincronizando nuestros pensamientos,
palabras, emociones y acciones. Pensar, sentir, y actuar
congruentemente. Esto se logra fácilmente
cuando al percibir la inspiración que brinda nuestra intuición (fruto de
nuestro recién adquirido más elevado nivel de conciencia), procedemos a
asimilarla tan pronto como podemos, para expresarla de la manera más fiel
posible, mediante acciones que beneficien a todos. A partir de ese momento, desde la conciencia de merecer lo sano y vital,
podemos elegir qué deseamos manifestar en la vida. Nos volvemos responsables. En adelante, al hacer lo
que decida hacer, hágalo de corazón y con convicción en sus nuevas creencias.
Tome riesgos, juegue y acepte sus errores. Los resultados tal vez lo sorprendan. Son parte del camino al descubrimiento.
Nse.Cynthia Grinfeld -- Life Coach cyngrin@yahoo.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario