Inspiración - Estrategia - Entrenamiento
Estamos viviendo tiempos de pandemia; la
vida se transformó sin aviso, sin un horizonte claro de cambio, es decir hasta
cuándo? El barbijo o tapaboca establece un límite entre vos y yo. Entre los
otros y yo. Todos estamos con miedo. Se admita o no. Sea que se diga,
preocupación, ansiedad, angustia, incertidumbre... Hasta cuándo? No lo sabemos. Estamos aprisionados entre el deseo de salir a recuperar nuestras conocidas modalidades de vida, nuestra economía, nuestros trabajos, nuestros contactos sociales. Este incordio que se llama COVID-19 ha barrido con nuestra libertad. Estamos restringidos. Qué vamos a hacer?
Propongo usar el tiempo para revisar
nuestras creencias y proponernos acciones diferentes que vayan re-conquistando el
territorio de la esperanza, de los pequeños placeres, de nuevos valores. Intentemos
subir a la cumbre de la montaña, aunque tengamos que cargar como Sísifo una
gran piedra sobre la espalda.
La fisonomía del lenguaje ha cambiado.
Han aparecido nuevos criterios. En la actualidad, se habla con un vocabulario
enano que nos envuelve y si nos descuidamos nos va a llevar puestos. El léxico
del presente representa mucha muerte y enfermedad, contagio, infectados,
números, quiebras y quiebres, distancia social, trastornos, aislamiento,
tapabocas. El perfume de los fantasmas de Tánatos, inunda las calles con su aroma
a peste. Hasta cuándo? No lo sabemos…
Tenemos que intentar volver a otras
fuentes. Beber del agua de la esperanza, de la fuente de la inspiración.
Tenemos que fabricar energía, entusiasmo y audacia. Ser estrategas y crearnos
un mapa en donde la realidad sea más amplia y nos deje ver caminos alternativos
de orientación para poder ponernos en marcha. Es decir que tenemos la
posibilidad de idear un nuevo PLAN.
Esto va a requerir de práctica. De
entrenamiento. De caminar por un nuevo territorio mental que no conocemos.
Caminarlo para que nuevas acciones puedan salir a la luz con una dosis de nuevo
positivismo. La realidad actual es difícil. Para muchas personas es
insoportable. El desafío que propongo es usar nuestro cerebro de manera que nos
vayamos poniendo en otra posición. Estamos en el punto de ataque. Nos hemos
convertido en blancos azarosos de la enfermedad. Podemos ser vectores o
víctimas. Ninguna de las dos categorías son pro-vida. Ninguna de las dos
categorías nos conecta con el amor, ni con la esperanza. Ni con nada positivo.
Pero … qué sucedería si comenzamos a
pensar que sí es posible terminar con esto, que sí podemos superarnos a
nosotros mismos, que pasaría si en vez del viejo esquema de pregunta potencial…
”Y si no tal cosa o tal otra….” Comenzamos a preguntarnos “ y si sí tal cosa o
tal otra…” La propuesta es cambiar la idea constante de amenaza del virus, por
un fuego que te encienda el alma. Hay
nuevos caminos, nuevos planes y una posibilidad de volver a tener fe. Fe en
nosotros mismos, en la naturaleza, en el universo y sus misterios. Puesto que
la fe es eso. Es un abrazo a ciegas con la certeza de estar dando y recibiendo
amor. Vamos a vencer. Eros gana.
Nse. Cynthia Grinfeld - Life Coach