Cuestionario
- ¿Qué
es la felicidad para usted?
- Clasificaría
a la felicidad en tipos o
categorías? De ser así, cuáles serían y por qué?
- La
felicidad puede ser relacionada con…………..
- Cómo
puede relacionar placer y felicidad?
- Qué
es lo que la hace sentir felicidad?
- Qué
cosas lo privan de felicidad?
- Qué
ocurre en ausencia de la felicidad?
- Cómo
piensa que se puede hacer para mantener un estado de felicidad?
- Hay
alguna receta para la felicidad?
- Quién
está contento y por qué?
- Lea es siguiente artículo de Michael
Fordyce y escriba sus conclusiones.
Es acaso la felicidad un juego?
For several decades, Harvard Laboratory of Adult Development has chronicled the lives of hundreds of men from adolescence through adulthood for "an unprecedented database of life histories with which to view the dynamic character of the aging process." Designer Laura Javier took ten of those cases and visualized them in the Elements of Happiness.
Educación
para la felicidad
Edison Community College
(EEUU)
Traducido y adaptado del inglés por
Pierre Cousineau
Traducción realizada por Juan José
Noaín
Resumen
¿Puede un programa de formación aumentar la felicidad personal? Las
investigaciones demuestran que la respuesta es afirmativa. El presente artículo
describe las estrategias basadas en los catorce rasgos fundamentales de la
felicidad.
Palabras clave:
felicidad, educación, formación, intervención.
¿Se puede enseñar
la felicidad? El presente artículo nos indica que así es y, para demostrarlo
presenta una vista global de las investigaciones que han revelado determinadas
vías posibles. Si la felicidad vital viene determinada, a cualquier nivel, por
ciertas características de la personalidad, de una elección o de una actitud
susceptibles de ser modificadas mediante el aprendizaje, resulta entonces
razonable pensar que la felicidad se puede aprender. Los investigadores
interesados en la posibilidad de educar para la felicidad, se plantean tres
preguntas. Primero: ¿Podemos identificar algunos rasgos característicos de la
gente feliz, rasgos que podrían ser transmitidos y enseñados a otras personas?
Segundo, ¿Pueden estas personas aprender a desarrollar esos rasgos? Y tercero:
si así lo hicieran, ¿Serían efectivamente más felices? Inicié mis
investigaciones acerca de la posibilidad de aumentar la felicidad hace varias
décadas. En una primera publicación, en la que se incluían tres estudios
(Fordyce,1977), se utilizó, bajo diferentes condiciones, una serie de
estrategias para aumentar la felicidad; todas esas estrategias resultaron ser
capaces de aumentar el nivel de felicidad de los sujetos implicados en la
experiencia. Poco después, Lichter, Haye y Kamman (1980) demostraron que se producía
un aumento de la felicidad utilizando procedimientos similares. En un artículo
posterior (Fordyce,1983) yo mismo aportaba 4 estudios suplementarios que
habíamos llevado a cabo con éxito (incluido un estudio que comprendía un
seguimiento de un año de duración). Posteriormente, Kowal (1986) (estudiando
pacientes enfermos de cáncer atendidos en régimen externo), Wade (1993)
(estudiando profesores de secundaria) y yo mismo (Fordyce, 1994) en 5 de mis
investigaciones más recientes (consistentes en comparar aulas de secundaria que
hubieran recibido una educación para la felicidad con aulas de la misma edad en
la que no habían recibido dicha formación), encontramos resultados
significativos en aquellos alumnos que habían sido educados para lograr la
felicidad.
programa de formación para la felicidad
En efecto: si
existen ciertos rasgos comunes en la gente feliz que los demás podríamos
aprender, ¿Cuáles son y cómo podemos instruir a los demás para que sean capaces
de enseñarlos? Una lectura rápida de los datos recogidos sobre la felicidad
indica que tal eventualidad es remota; muchos de los datos recogidos hasta
ahora parecen asociar la felicidad con el éxito, la clase social, la buena
salud, la armonía familiar, el status ocupacional, las condiciones económicas y
políticas, los ingresos, el nivel de instrucción y, finalmente, como dato más
abrumador, se asocia a factores genéticos, de modo que es difícil modificar en
una persona, de manera significativa, la mayoría de esas variables. Sin
embargo, al cabo de los años, han ido apareciendo con regularidad determinadas
características vinculadas al logro de la felicidad; características que
siempre me han parecido adecuadas para usarlas como base de investigación para
una eventual educación para la felicidad.
A partir de mis
propias investigaciones y de lecturas de documentación científica he
identificado 14 rasgos asociados a la felicidad, que llamaron “los catorce
rasgos fundamentales de la felicidad". El presente artículo describe cómo
yo los he ido incorporando a mi propia enseñanza. Cada uno de esos rasgos
fundamentales está basado en varios estudios; sin embargo, y por
restricciones de espacio, he decidido excluir de este artículo todas las
referencias a esos estudios (en la mayoría de los casos, hubieran sido
necesarias docenas de referencias y, en el ámbito de la investigación sobre la
felicidad, casi todo lo que sigue se acepta como elemento de base). De todas
formas, para aquellos lectores especialmente interesados, existe documentación
detallada sobre cada uno de los apartados siguientes (Fordyce,1996).
La formación se
basa en un principio esencialmente sencillo: si uno puede ser como es la gente
feliz, podrá también ser feliz. En nuestros esfuerzos educativos, adoptamos un
punto de vista cognitivo y del comportamiento. En el plano cognitivo, no sólo
indicábamos a nuestros alumnos las tendencias generales halladas en la
documentación científica sobre cada uno de esos rasgos fundamentales; también
discutíamos, a un nivel más teórico, acerca de por qué esas características
contribuían a lograr la felicidad. En el plano del comportamiento, conjugábamos
una variedad de técnicas y estrategias pertenecientes a terapias cognitivas y
del comportamiento, pensando que podían ayudar a nuestros alumnos a incorporar
cada rasgo fundamental a su vida.
Lecciones introductorias
La formación se
inicia con una breve revisión de los conocimientos básicos sobre la felicidad.
Los cursos versan sobre la definición de la felicidad, su significado y su
importancia en la vida; se lleva a cabo una breve revisión de la historia y de
la metodología en la búsqueda de dicha felicidad; se abordan los factores
demográficos y socioeconómicos comunes asociados a la felicidad y se termina
con una discusión sobre mitos usuales y percepciones erróneas existentes sobre
la felicidad. Además, habitualmente se ofrece a los estudiantes la oportunidad
de evaluar su propio nivel de felicidad por medio del "Psychap
inventory" (Fordyce,1996) o mediante otros cuestionarios similares, con el
objetivo de promover en el alumnado la personalización y la motivación durante
su proceso de formación. Tras todo ello, se revisan por encima los catorce
rasgos fundamentales asociados a la felicidad y posteriormente se estudia cada
uno de los rasgos de un modo exhaustivo.
Rasgo fundamental 1: ser mÁs activo y permanecer ocupado
El rasgo
fundamental 1, "ser más activo y permanecer ocupado", se basa en
numerosos estudios que muestran que la gente feliz se encuentra activamente
implicada en la vida. Según esas investigaciones presentadas a los estudiantes,
las personas felices llenan sus vidas de actividad y, lo que es aún más
importante, pasan mucho más tiempo que la mayoría de las demás personas
realizando tareas que les parecen agradables y entretenidas.
En el plano
conceptual, este primer rasgo fundamental pone de relieve que una vida activa
parece generar más felicidad que una vida pasiva, lo cual viene a acentuar los
contrastes existentes entre la vida llena, activa y placentera, propia de la
gente feliz, y la vida tensa y crispada de la gente infeliz, o incluso la vida
inactiva y aburrida de algunos otros. El estilo de vida feliz se describe, tal
y como ha ocurrido a menudo en la documentación científica, con términos como
"implicación", "inversión" y "energía".
Posteriormente,
la discusión versa sobre los tipos específicos de actividad normalmente
asociados en la investigación al aumento de felicidad. Concretamente se
presentan como principios básicos cinco tipos de actividad, obtenidos de la
investigación: 1) Las actividades agradables generan más felicidad que aquéllas
que no lo son;
2) Las
actividades excitantes que requieren esfuerzo físico, parecen generar más
placer que las actividades sedentarias y tranquilas;
3) Las
experiencias nuevas tienden a procurar más felicidad que las experiencias
habituales;
4) las
actividades sociales producen mayor felicidad que las solitarias;
5) una iniciativa
significativa resulta ser más satisfactoria que los entretenimientos triviales.
Se solicita a los
estudiantes que elaboren unas listas de actividades que incluyan esos
criterios, y se les invita a que incorporen algunas de ellas a su rutina
semanal. El examen de esas listas resulta también muy útil ya que los
estudiantes se dan cuenta de que la mayoría de las "actividades que les hacen
verdaderamente felices" son gratuitas o "muy poco costosas",
aparte de ser actividades que se pueden realizar tantas veces como uno quiera.
De manera general, se puede resumir este rasgo fundamental con el siguiente
principio básico: la felicidad en la vida parece depender directamente y en un
grado importante del tiempo empleado en esas actividades agradables y
placenteras.
rasgo fundamental 2: dedicar más tiempo a la vida social
Un dato
sólidamente establecido en las investigaciones realizadas sobre la felicidad y
la satisfacción de vivir es el de la importancia que tienen los vínculos
sociales en la felicidad personal. En efecto, la mayoría de los estudios
transmiten que una vida social satisfactoria es el mayor contribuyente en el
logro de la felicidad.
La mayor parte de
la repercusión de la vida social en la felicidad del individuo se refiere a
relaciones cercanas e íntimas (tema que trataremos más adelante en otro rasgo
fundamental), pero nos referiremos por el momento a la contribución de nuestras
relaciones sociales cotidianas en el logro de la felicidad. Los estudios
relacionados con este tema nos enseñan que la gente feliz demuestra un alto
grado de participación en actividades sociales, tanto a nivel formal
(organizaciones, clubes, asociaciones, etc.), como a nivel informal (amigos,
vecinos, colegas de trabajo, familia extensa, etc.) y que esas interacciones
contribuyen a crear sentimientos importantes de satisfacción, de mantenimiento
y de pertenencia que se suman a su sensación general de felicidad.
La enseñanza en
este caso es sencilla. Los estudiantes examinan la importancia que tienen las
relaciones sociales en su felicidad y reciben sugerencias sobre el modo de
aumentarlas, de incorporarse a asociaciones, de implicarse en actividades comunitarias,
de organizar encuentros, de aceptar invitaciones, etc.. También se menciona que
las dificultades sociales específicas, como puedan ser las relaciones amorosas
problemáticas, se abordarán en algunos de los rasgos fundamentales siguientes.
Rasgo fundamental 3: ser productivo en un trabajo DESTACADO
En la
investigación, la felicidad y la satisfacción de vivir se asocian a menudo con
un trabajo destacado y una actividad productiva.
La enseñanza
sobre este tema empieza por una revisión de la impresionante cantidad de
investigaciones, pertenecientes al ámbito de las ciencias humanas, que muestran
que la satisfacción de vivir puede estar vinculada a un empleo satisfactorio y,
más concretamente, hasta qué punto la gente más feliz parece interesada y satisfecha
con su trabajo. En el plano educativo, el razonamiento es bien sencillo: dado
que la mayoría de la gente que trabaja en las sociedades industriales dedica el
80% de su tiempo de vigilia a trabajar, la elección de una carrera es crucial
para la felicidad de toda una vida. Solemos llamar insistentemente la atención
de los jóvenes estudiantes sobre la elección de una carrera, advirtiéndoles de
que se tratará de una de las decisiones más importantes que tomarán respecto a
su felicidad.
Más allá de esto,
se discuten dos aspectos conexos encontrados en la literatura científica: la
productividad y el sentido. La productividad aparece como una espada de dos
filos: la felicidad queda generalmente asociada a épocas de productividad,
mientras que, al contrario, incluso períodos breves de no productividad y de
relajamiento de esas responsabilidades pueden conducir a la depresión. Por eso
advertimos a nuestros estudiantes acerca de la importancia que puede llegar a
tener una perseverancia constante en el cumplimiento de sus compromisos y
objetivos para alcanzar la felicidad.
Por otra parte,
los grandes pensadores han considerado el sentido, a lo largo de la historia,
como un elemento crucial de la felicidad y así lo ha confirmado la
investigación sobre la felicidad. La gente feliz sostiene que considera la
mayoría de sus actividades como cruciales, gratificantes e importantes.
Consideran que realizan contribuciones sociales, que progresan hacia objetivos
importantes y que se desarrollan en el plano personal. Los más afortunados de
entre la gente feliz son aquellos que hallan semejante sentido en su carrera.
Algunos otros, esos mismos que no estimarían gratificante su trabajo (o la
ausencia de éste), pueden encontrar sentido en actividades de servicio
comunitario o en obras de caridad. Se ofrece a los estudiantes la oportunidad
de realizar diversos ejercicios de auto examen, concebidos para ayudarles a dar
forma a sus propios valores y a analizar el protagonismo del sentido en sus
propias vidas.
Rasgo fundamental 4: organizarse mejor
Tal y como se lo
presentamos a nuestros estudiantes, la investigación sobre la gente feliz ha
mostrado a menudo que se organizan bien, que no dejan los asuntos para otro
día, que son eficaces y que se planifican. Semejante capacidad organizativa no
se manifiesta únicamente en su visión cotidiana de la vida, sino también en sus
proyectos a largo plazo y en su sentido de la orientación en la vida. La gente
feliz parece saber cuándo quiere irse y parece poseer costumbres organizativas
que les permiten realizarlo.
Se enseña a los
estudiantes a definir o perfeccionar sus objetivos a largo plazo en la vida, al
tiempo que se les dota de estrategias obtenidas de estudios sobre la gestión
del tiempo con el objetivo de eliminar el dejarlo para el día siguiente y
organizar más eficazmente su rutina cotidiana.
Rasgo fundamental 5: dejar de agobiarse
Uno de los
descubrimientos más importantes sobre la gente feliz es que se agobia mucho
menos que la mayoría de la gente. Por eso, en nuestros cursos, presentamos la
inquietud como el enemigo básico de la felicidad; se trata de la actitud que
agota más la felicidad de la persona media. Los estudiantes son reiniciados en
la interdependencia entre los conceptos de tiempo y de felicidad. Paralelamente
a la discusión anterior (según la cual la felicidad de una persona es
proporcional a la cantidad de tiempo invertido en una actividad placentera), el
mensaje consiste ahora en que la felicidad de una persona es inversamente
proporcional a la cantidad de tiempo dedicado a pensamientos negativos.
Como la inquietud
cotidiana es la forma más corriente en que se dan los pensamientos negativos,
se pide a los estudiantes que realicen un recuento diario de sus inquietudes.
Tras varias semanas, el análisis del rasgo medio de las preocupaciones
individuales suele demostrar lo siguiente al estudiante:
a) que la mayoría de las inquietudes no se cumplen
nunca y
b) que la mayoría de las preocupaciones superan, a
menudo, la capacidad de control de una persona. Ejercicios de este tipo tienden
a demostrar la futilidad de las inquietudes.
Presentamos
entonces técnicas de comportamiento, como la "sustitución de
pensamientos" y el "ejercicio mental", como posibles vías para
controlar las preocupaciones. Se enseña también a distinguir entre preocupación
y planificación. Se propone un equilibrio entre una planificación adecuada y
una inquietud mínima, equilibrio que favorece un porcentaje de éxito máximo en
la vida y un mínimo de pensamientos desagradables y de coerción mental.
Rasgo fundamental 6: adecuar correctamente
las expectativas y las aspiraciones
Esta lección versa sobre el papel representado por las expectativas
cotidianas, así como por las ambiciones a largo plazo, todo ello en relación
con la felicidad. La lección descansa sobre uno de los principios básicos de la
psicología (principio confirmado por la documentación científica sobre la
felicidad): nuestro grado de felicidad en la vida no descansa únicamente sobre
lo que nos ocurre, sino también sobre lo que anticipamos. Teniendo en cuenta la
investigación, centramos la atención del estudiante en cuatro puntos cognitivos
específicos que demuestran de qué modo las expectativas, las aspiraciones y el
éxito repercuten sobre la felicidad:
1. No organizarse
por estar frustrado. Aquí subrayamos el dato más importante de la "teoría
de las expectativas": expectativas demasiado elevadas rara vez se cumplen
y desembocan, generalmente, en la decepción; en cambio, expectativas moderadas
conducen a menudo a una satisfacción mayor de la prevista. Semejantes
decepciones o satisfacciones poseen un efecto acumulativo sobre la evaluación
de una persona en lo referente a su nivel general de felicidad.
2. Las culturas
industriales sobreestiman el protagonismo que ejerce el éxito en la felicidad.
Incluso aunque el éxito parezca incidir en el nivel general de felicidad, los
estudios indican que su impacto (así como su efecto a largo plazo) es
relativamente menor (especialmente cuando se le compara con otros factores más
influyentes, como la calidad de la vida familiar y social). Las aspiraciones
que ansían el éxito no parecen tan valiosas como pudiéramos pensarlo.
3. La mayoría de
las culturas modernas consideran equivocadamente que la felicidad es el
resultado de una vida exitosa y, dado que el éxito es algo que se alcanza
tardíamente en la vida (y solamente después de años de sacrificio y de trabajo
arduo), la mayoría de la gente, sin darse realmente cuenta, percibe la
felicidad como algo que tuvieran que remitir para más tarde, en espera de que
ese éxito finalmente se cumpla. La gente feliz no cae en esa trampa cultural;
no espera en absoluto la oportunidad de ser feliz. Considera la felicidad como
“una especie de viaje más que como un lugar al que arribar”. Indicamos, como
nos ocurre a menudo con los rasgos fundamentales, que el secreto de una vida
más feliz descansa generalmente en el presente y no en un futuro incierto y
continuamente pospuesto.
4. La gente feliz
logra lo que quiere porque quiere aquello que es capaz de lograr. La evidencia
muestra que la gente más feliz es aquella que tiene tendencia a escoger
objetivos a su alcance, obteniendo así éxito tras éxito. La gente infeliz
aparece con ambiciones imposibles de realizar y percibe su vida como una serie
de fracasos. La felicidad parece asociada más a éxitos en la consecución de
objetivos que se pueden alcanzar, que a fracasos obtenidos por buscar
imposibles.
Rasgo fundamental 7: desarrollar un
pensamiento positivo y optimista
Una mentalidad
positiva y optimista es quizá el rasgo más característico de la gente feliz a
tenor de lo remitido por la documentación científica. Teniendo en cuenta este
dato fundamental, en los cursos formativos empleamos mucho tiempo en ayudar a
los estudiantes a captar la relación entre una actitud optimista y positiva y la
felicidad. Empezamos, una vez más, por la discusión sobre la relación entre el
tiempo mental y la felicidad: la felicidad de una persona se percibe como
fuertemente determinada por el tipo de pensamientos que ocupan su mente durante
la jornada. Cuanto más placenteros resulten esos pensamientos, más emociones
positivas experimentará una persona.
El optimismo
contribuye en este proceso de diversas maneras:
1. El optimismo
es una interpretación positiva de los acontecimientos. Llegados aquí, la
lección explica que casi todas las situaciones de la vida se pueden percibir
positivamente. Según las frases de los investigadores de este campo "lo
que determina vuestra felicidad no es lo que tenéis, sino cómo percibís lo que
tenéis". Se presenta a los estudiantes una serie de situaciones
tomadas de la “vida real” y se les invita a interpretarlos bajo el prisma más
positivo y bajo el más negativo posibles, para ayudarles a evaluar la
consecuencia de cada interpretación sobre sus emociones.
2. El optimismo
es una actitud perceptiva que centra la atención de alguien. Como subraya la
psicología fundamental, "una persona termina por lograr lo que
busca". Se parte del principio de que en el mundo se producen suficientes
cosas buenas y suficientes cosas malas como para permitir a cada uno concentrar
todas sus preocupaciones sobre cada una de esas realidades. Si alguien busca
encontrar cosas negativas en la vida, dispondrá de suficiente material para
hacerlo, lo cual también sirve para los asuntos felices. Aquello que inquirimos
influye sobre nuestra manera de percibir el mundo y, consiguientemente, sobre
nuestro nivel de felicidad.
3. El optimismo
"es una predicción que se realiza por sí misma". Si alguien trata de
que algo funcione bien, su propio comportamiento aumentará la probabilidad de
conseguirlo.
4. Finalmente, el
optimismo es una creencia del tipo "voy a ser feliz ocurra lo que
ocurra". Esta idea filosófica dota a los estudiantes de un potencial según
el cual la interpretación puede acabar siendo más fuerte que la realidad. Sea
cual sea la circunstancia, las emociones de una persona no deben ser
necesariamente dictadas por la situación. Una persona es siempre
(potencialmente) libre de escoger hasta qué punto se va a sentir feliz.
También se lleva
a cabo una distinción entre el optimismo y las expectativas en cuanto a su
carácter específico. Las expectativas son muy específicas; por ejemplo:
"debo conseguir esa promoción o, de lo contrario, nunca llegaré a ser
feliz", mientras que el optimismo es muy general: "ocurra lo que
ocurra, será para bien". El proceso formativo se termina con una
indicación acerca de una variedad de técnicas del comportamiento (algunas de
las cuales ya han sido señaladas), tales como la "sustitución de
pensamientos", el "ejercicio mental" y "la imaginación
positiva". Se recomiendan algunos ejercicios, tales como elaborar una
lista de los propios talentos o practicar interpretaciones positivas de los
acontecimientos de cada día.
Rasgo fundamental 8: estar centrado en el
presente
Desde hace tiempo
y considerada como una característica principal de la actualización de sí
mismo, la investigación ha descubierto que las personas felices se hallan
intensamente volcadas sobre el presente, es decir, que invierten más en el
presente y parecen extraer el máximo placer a las oportunidades cotidianas. Tal
y como se lo mostramos a nuestros estudiantes, la felicidad se encuentra más
fácilmente en el "aquí y ahora" que en el "después". La
gente feliz parece valorar más sus días que la gente infeliz, sobre todo porque
su atención no está teñida por los pesares y lamentaciones del pasado o por las
incertidumbres del futuro. Con la ayuda de una gran variedad de estrategias,
subrayamos la importancia de "saborear el momento presente" y de
aprovechar cada día plenamente. Asimismo se presentan técnicas de meditación y
de concentración como medios para apreciar intensamente los placeres sencillos
ofrecidos por cada momento de la vida.
Rasgo fundamental 9: trabajar en busca de una
personalidad sana
A pesar de la
ocasional crítica social según la cual toda persona que es feliz en nuestra
sociedad debe "haber perdido la razón", los resultados obtenidos en
este ámbito (mediante la utilización de prácticamente la totalidad de los
instrumentos y tests clínicos generalizados que existen) han demostrado que la
gente feliz se encuentra mentalmente muy sana y bastante más libre que la
población en general de padecer cualquier sintomatología o cualquier
padecimiento psicológico. Una formación adecuada de las hábitos, orientada a
alcanzar una adaptación sana, requiere a menudo un curso de un semestre en la
mayoría de los colegios. Sin embargo, en la formación para la felicidad,
procuramos reducir ese tiempo a algunos principios básicos de salud mental que,
esperamos, ayudarán a nuestros estudiantes a tomar una buena dirección: amaros,
aceptaros, conoceros y ayudaros.
El principio
"amaros" viene acompañado con una de las más importantes dimensiones
de la personalidad feliz, esto es, el concepto positivo de sí mismo. Los
estudiantes analizan la percepción que tienen de sí mismos y acaban
comprendiendo cómo ello afecta a su felicidad en el plano del humor. Se
aprovecha la ocasión para presentar varias estrategias destinadas a mejorar la
imagen de sí mismo.
El principio
"aceptaros" se centra en el modo que cada cual tiene de adecuarse con
sus imperfecciones y sus insuficiencias personales; para muchos, se trata de un
ingrediente importante del principio "amarse a sí mismo". Se informa
a los estudiantes de que la aceptación de las imperfecciones es más propia de
la gente feliz que de la gente infeliz, la cual se caracteriza por la crítica y
el desprecio a sí mismo. La lección es la siguiente: no tenéis que ser
perfectos para amaros.
El principio
"conoceros" guía al estudiante hacia un buen conocimiento de sí
mismo. Solemos explicar que, si bien las buenas decisiones contribuyen a una
vida más feliz, es importante conocerse a sí mismo para poder tomar esas
decisiones adecuadas. Se indica entonces un cierto número de actividades y de
autoanálisis como vías para llegar a alcanzar un mejor conocimiento de sí
mismo.
El principio
"ayudaros" se refiere también a las costumbres y capacidades de auto
suficiencia que poseen las personas felices, lo que les permite alcanzar el
éxito en la vida de un modo autónomo. En este caso, se explican diversos temas
que se han tratado a menudo en la documentación científica, tales como la
competencia, el dominio de sí, el control del propio destino y la
autodeterminación. Se indican también las estrategias básicas para desarrollar
tales características sanas.
Rasgo fundamental diez: desarrollar una
personalidad atractiva
Además del
optimismo, el rasgo de personalidad más frecuente en la gente feliz es la
extroversión. Por ello y sobre todo porque la felicidad parece ser más
acentuada en aquellos que gozan de una vida social activa, nuestro programa de
formación demuestra a los estudiantes la importancia de ser una persona más
sociable, más atractiva, tanto en el plano cognitivo (explicando la importancia
de la extroversión como modo privilegiado de alcanzar una vida social más
feliz) como en el plano del comportamiento (desde un punto de vista técnico
como sonreír más, reconocer a los demás, iniciar la conversación y demás
opciones que les permitirían ampliar sus contactos sociales).
Rasgó fundamental 11: ser UNO mismo
Las
investigaciones de la personalidad relacionadas con la gente feliz muestran que
las personas felices tienen tendencia a seguir siendo ellas mismas. Términos
como "natural", "espontáneo", "auténtico",
"sincero", "a gusto", "honesto",
"expresivo", "franco", "real",
"abierto", etc., aparecen a menudo en la documentación científica.
Utilizamos dos
modos de defender ante los estudiantes las ventajas de ser uno mismo. Por una
parte, se encuentra el nivel afectivo: una ventaja básica de ser uno mismo
descansa en la comodidad y la facilidad auténticas que ello supone para
la vida diaria. Por otra parte, también está la ventaja táctica; cuando alguien
se expresa honestamente, las cosas suelen funcionar más a menudo a su favor que
en el caso contrario. Esto es particularmente cierto en los campos del amor y
de la amistad. Para encontrar gente que pueda amarnos "tal como
somos", tendremos que presentarnos "tal como somos" desde el
primer momento.
Rasgo fundamental 12: eliminar los
sentimientos negativos y los problemas
Se introduce este
rasgo fundamental como advertencia para el resto del curso sobre la felicidad.
La mayor parte del contenido educativo de este curso se orienta hacia una
asistencia normal, libre de dificultades psicológicas importantes. Sin embargo,
reconocemos que algunas de las personas participantes en estas formaciones
padecen una serie de trastornos mentales que pueden limitar e incluso sabotear
sus esfuerzos en el programa. Los datos indican que un cuarto o más de la
población americana padece problemas graves con el humor, la ansiedad, la
dependencia de sustancias u otras formas de trastornos conocidos. Asimismo,
este rasgo fundamental ofrece una presentación breve de los síntomas y de las
causas de la desesperación mental, de los medios básicos para adecuarse al
trastorno emocional y a la presión de todos los días y, en especial para todos
aquellos que reconocen la presencia de problemas graves en sus vidas, se
advierte sobre la importancia de buscar ayuda profesional.
No es que la
gente infeliz no pueda aprovechar una formación para la felicidad (porque, en
varios de nuestros estudios, hemos encontrado que tales personas tienen a
menudo más oportunidades de mostrar una mejoría) ni tampoco que la formación
proporcionada a través de los rasgos fundamentales resulte en este caso
diferente del tipo de consejos que los terapeutas podrían dar a sus clientes
(dado que la mayoría de las técnicas enseñadas están sacadas de tareas
terapéuticas estándar). El problema estriba en que un determinado número de
personas, sea cual sea el medio educativo, se encuentran simplemente abrumadas
por sus síntomas y por la invasión de la tristeza como para poder empezar a
trabajar sobre la felicidad. Para estas personas es absolutamente necesaria una
ayuda personal y en profundidad. Por lo tanto, intentamos dirigirlos hacia esa
ayuda pertinente, tanto a través de nuestros cursos, como mediante la
sensibilización hacia los participantes que hablan abiertamente de sus
problemas en nuestras clases.
Rasgo fundamental 13: La relaciones íntimas
son la primera fuente de felicidad
Los sondeos
internacionales han demostrado tradicionalmente que, de entre todos factores
estudiados, los lazos del matrimonio y de la familia han resultado ser la
fuente de felicidad más importante, independientemente de la renta o el nivel
social; así lo han confirmado varias décadas de investigación sobre la
felicidad. Sencillamente decimos a los estudiantes: "las relaciones
íntimas son la primera fuente de felicidad".
La formación es
aquí fundamentalmente cognitiva. El contenido insiste sobre la importancia
crítica de una amistad cercana, de la familia y de lazos románticos para
disfrutar de un buen sentimiento general de felicidad. Los cursos se centran
especialmente en las relaciones maritales y románticas (la documentación
científica ha demostrado regularmente el impacto primordial que ejercen tales
dimensiones sobre la felicidad); presentan las características de relaciones
amorosas sanas tal y como han sido definidas por grandes expertos en el ámbito
de los consejeros matrimoniales y de las relaciones maritales. A continuación
se contrastan estas características con las de las relaciones malsanas y
neuróticas.
Rasgo fundamental 14: apreciar la felicidad
El último rasgo
fundamental se refiere a la posición que ocupa la felicidad entre las
prioridades generales de una persona. Se informa a los estudiantes de que la
gente más feliz parece atribuir mayor importancia a la felicidad, al bienestar
subjetivo y a conceptos similares, de lo que lo hacen otras personas. En
efecto, varias personas felices consideran su felicidad como la mayor
preocupación en la vida, mientras que la gente infeliz apenas hace caso a la
felicidad. Además, la gente feliz parece haber reflexionado mucho sobre la
felicidad, tal y como testifica su capacidad para dar definiciones más
adecuadas. Tienen una intuición más penetrante sobre las fuentes fundamentales
de la felicidad, una mayor sensibilidad para con las emociones felices y una
mejor apreciación de éstas en su vida. El núcleo reside aquí en que el logro de
felicidad puede encontrarse estrechamente ligado a la importancia del deseo de
ser feliz y al valor que cada cual le atribuye.
Cuando la
formación sobre la felicidad llega a su término, el logro de la felicidad
representa como un objetivo posible, en nada diferente de otros objetivos que
la persona pudiera plantearse. Al igual que cualquier otro objetivo en la vida,
la persona que mayores oportunidades tiene de alcanzarla es aquella que piensa
en su objetivo y que lo ha analizado exhaustivamente, aquella que realiza
mayores esfuerzos y aquella, sobre todo, que posee una información acertada
sobre el modo de lograrlo. Creemos que nuestra formación aporta dicha
información. El análisis y el esfuerzo quedan, en adelante, en manos del
estudiante.
Discusión
Volvamos a
nuestra pregunta inicial: ¿se puede enseñar la felicidad? Si tuviéramos que
referirnos únicamente a la masa de datos recientemente acumulados en el ámbito
de la investigación sobre la felicidad, la posibilidad aparecería como remota.
Contrariamente a las primeras investigaciones sobre la felicidad, las cuales se
centraban en gran parte en las características de la personalidad de la gente
feliz, la investigación de la última década se ha interesado más bien en las
correlaciones entre el bienestar y los factores más globales, socioeconómicos.
Apenas disponemos de datos que pudieran fundamentar una educación para la
felicidad. La decepción de los investigadores frente a esos datos objetivos
sobre la felicidad ha conducido a algunos a adoptar la opinión de que una gran
parte, cuando no la totalidad, de la felicidad de una persona descansa en una
predisposición genética.
Por otra parte,
si los estudios aquí citados poseen realmente cierta validez, entonces se puede
mantener una gran esperanza en lo relativo a la posibilidad de una educación
para la felicidad. Conforme a la investigación realizada, una proporción
significativa de las personas que se educan para la felicidad parecen sacar
provecho, a pesar de las dificultades socioeconómicas y de la predisposición
genética.
Hemos llegado a
la conclusión de que un curso basado en los datos de la investigación sobre la
felicidad puede alcanzar un impacto real en el nivel de felicidad. Además,
queda claro que las ganancias en este ámbito no son solamente producto de la
sugestión o simple sensibilización respecto a “la felicidad” como tal (estos
factores han sido controlados en la mayoría de los estudios). De hecho, las
ganancias aparecen más bien fundadas en el contenido de los propios rasgos
fundamentales, dado que cursos basados en contenidos parciales (es decir,
cursos de introducción que contienen únicamente la presentación de algunos
rasgos fundamentales) no han podido demostrar una ganancia similar a la
obtenida por el curso entero.
A decir verdad
sólo la investigación futura podrá confirmar si es o no realmente posible
aumentar el nivel de felicidad personal mediante una formación específica.
Pensamos que disponemos de un inicio prometedor gracias a los resultados de
nuestras investigaciones. Este artículo se ha centrado en mi modo personal de
abordar los cursos sobre la felicidad. Para aquellos que estuvieran interesados
en él, ya fuera con fines educativos ya con fines investigadores, sepan que
aparece detallado de modo exhaustivo en un libro (Fordyce, 1996), en vídeo
(Fordyce, 1989) y en folleto (Fordyce, 1981) que se puede conseguir pidiéndolo
directamente al autor.
Los rasgos
fundamentales que han sido aquí presentados no constituyen, de ninguna manera,
la única forma que pudieran adquirir los cursos sobre la felicidad. Dado que la
investigación continúa, algunos elementos serán quizá relegados, se podrán
añadir otros nuevos e incluso se podría desarrollar una nueva formulación. Poco
importa lo que surja eventualmente; confío en que permanecerá una noción de
base: los datos seguirán subrayando las diferencias entre la gente feliz y la
infeliz, diferencias que podrán ser enseñadas. La clave reside en identificar
esas diferencias y en encontrar, seguidamente, los medios de enseñarlo a los
demás.
Referencias
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happines, en: Journal of Counseling Psichology, 24 (6), págs.
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[1] Revue québécoise de psychologie, vol. 18, nª2,
1997; traducción y adaptación al francés por Pierre Cousineau.