lunes, 17 de octubre de 2011

El deseo de cambiar





¿En qué piensa cuando se va a dormir? Si es como la mayoría de nosotros, probablemente revise su día y planifique cómo será su día siguiente: qué va a llevar puesto, qué va a hacer, personas a las que debe llamar.


Cuando se duermes, hay un intervalo para que su alma se recargue y luego (lo que parece como un minuto después) ¡Bum!, tu alarma suena y es lanzado de nuevo a la realidad.

                                                                   
             
Hay momentos en la vida en que tomamos conciencia, de que nuestra forma de abordar el día merece un cambio. Se siente la necesidad además del deseo.

Cambiar requiere de un gran convencimiento. Los cambios se nutren de necesidad, deseo, voluntad y determinación.
Se trata de perseverar con paciencia, hasta que se logre ver el cambio. Cosa que no por ser planificada, causará menor sorpresa, otorgándonos para ese momento, una importante inyección de autoestima. La felicidad de decirse a uno mismo: lo logré!! pude hacerlo!! me costó pero lo logré!!
Esta semana, es una nueva oportunidad para comenzar a ejecutar pequeños cambios que serán para el beneficio de cada uno, para estar mejor, para crecer.

A esta altura del año, comenzamos lentamente a revisar cómo ha sido nuestra vida. Sentimos cansancio a la vez que entusiasmo por la idea de que este ciclo pronto terminará, para comenzar otro con renovadas energías.Muchas veces, las personas, comienzan a plantearse una suerte de planificación para el año que está por venir.                                                        Ahora es momento de empezar a trabajar en su plan.

¿Qué cosas desea cambiar? ¿Qué actitudes ya no pueden seguir formando parte suya? ¿Qué aspectos reconoce como errados y siente que quiere cambiar?

Es un poco abrumador, ¿verdad? Si es como yo, tendrá una  lista de cosas que quiere lograr y cambiar este año. Todos esos deseos están creando una presión externa en usted ahora mismo: Póngase en forma, cambie de trabajo, consigue mejores amigos, sea más considerado, deje de quejarse, deje de sentir pena de  usted mismo, sea más responsable, y así sucesivamente. Deje de culparse para victimizarse y justificar sus rencores. Piense que cosas sería un gran aporte para su propio beneficio, y así andar más liviano por la vida. Elija que lugar desea ocupar en el mundo.

Así que, ¿cómo empezamos?  
                                                           

Antiguas escrituras recomiendan literalmente que saltemos de la cama “como un tigre” para aprovechar el día con un arranque de energía positiva. Esto no es fácil, pues nuestra inclinación natural es regodearnos en la narcosis del sueño, apretar el botón de repetición de alarma y luego salir a regañadientes de la cama.

La forma en la que nos levantamos afecta a la energía de todo nuestro día. También afecta a cómo transitaremos la vida durante el día. Si continuamos apretando el botón del despertador porque queremos dormir cinco minutos más, entonces así se irá configurando el día y se comportará con nosotros, como hayamos elegido; seamos conscientes o no de ello. Y acabaremos esperando cinco minutos a un taxi, en nuestras reuniones, etc.

Para saltar, se necesita tener una imagen mental clara de las distancias, de los obstáculos, y de nuestro propio físico.Además de practicar el “método del tigre” al levantarte por la mañana, sume la conciencia del entusiasmo a lo largo del día.Sea usted mismo quien se da ánimos. Se trata de perseverar.

 Hay una gran diferencia entre hacer planes y manifestarlos en la realidad física: la vida “real”.

                                                                          

Los cambios son parte de la vida. Podemos elegirlos y trabajar en ellos con mucho cariño y consideración. Podemos asumirlos como ayudas para nuestro crecimiento personal y un estímulo para seguir desarrollándonos como personas. Generar mejores vínculos que nos hagan felices. Puede que a veces se piense en manejar toda nuestra realidad como algo imposible. Aunque queremos alcanzar nuestras metas, en el fondo todavía puede que pensemos que eso no es para nosotros. Pero no se lo crea. Nacimos para aprender a ser mejores personas cada día.

Lo que debemos hacer es eliminar este espacio entre nuestros deseos y la realidad manifestada tomando acción.

Típicamente, a causa de nuestra propia inacción, los objetivos que valen la pena y nuestros sueños más osados nunca llegan a materializarse. Perdemos nuestra pasión. O simplemente nos rendimos. Nuestras mejores ideas siguen siendo esperanzas no cumplidas. Nuestros pensamientos nunca se vuelven realidad.

El trabajo espiritual  es un continuo. Cada día es un momento para pulir más y más nuestro espíritu y nuestra manera de percibir y actuar en el mundo. Se trata de ponernos en acción y que las emociones sean aliadas que nos conduzcan a la prosperidad existencial. Esto se logra invirtiendo tiempo y energía. A veces, parte del cambio es poder pedir ayuda para poder ampliar nuestros límites. Siempre los tendremos.

¡La palabra de esta semana es HACER! Ahora es el momento de manifestar cosas nuevas, cosas físicas.

                                                                             


Así que ponga manos a la obra. De un salto en su vida y concrete sus planes; paso a paso. 

                                                               

sábado, 15 de octubre de 2011

El sabio y el cofre



- Hace muchísimos años, vivía en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacia ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.
                                               


Muchos reyes envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llego ante él un niño y le dijo: Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. ¿Por qué no me enseñas que debo hacer para conseguirlo? El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo:
A ti te enseñaré el secreto para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de la vida.
El primer paso, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.




                                  

El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer: Este paso se llama alta autoestima.
El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones;
si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.

                                                             

El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan justicia, perdona y olvida.
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor. Si vienes, por ejemplo a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres.
El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio;
mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de esta manera, puedan ser felices.