jueves, 17 de diciembre de 2009

Sólo dos minutos

En este instante puedes hacer algo para mejorar tu calidad de vida. Para ser más feliz y dar un paso hacia un futuro más pleno. Sólo te llevará unos dos minutos.

Ya sé, estarás pensando, mientras lees este artículo en tu trabajo, en tu casa o tal vez un algún lugar en el que hay más gente: ¿de qué manera dedicando solo un par de minutos ahora puedo lograr sentirme mejor? Además, estoy en el medio de múltiples ocupaciones, tengo un día estresante por delante...A veces, tan solo un pensamiento o una acción modifican de plano nuestro estado de ánimo.

Es todo lo que precisamos durante este y todos los días para centrarnos más en nuestro eje y adoptar una mirada bien positiva y efectiva sobre todo lo que nos rodea. Si has tomado la decisión de seguirme y de dedicarte estos escasos minutos del día de hoy, ¡llegó el momento! Te propongo varias posibilidades para inundar tu día de energía en movimiento:Haz ese llamado, envía ese mail o haz ese trámite que venías postergando: llegó el momento de dejar atrás una de las actividades pendientes que tenías y que venían llenando parte de tu tiempo y de tus pensamientos.

Toma la decisión de no dejar que esa persona te siga poniendo de mal humor o haciéndote doler con sus actitudes. Ya lo dijo la psicoterapeuta Virginia Satir: nadie puede hacerte sentir mal sin tu consentimiento. Pues deja de darle ese poder al otro y toma las riendas emocionales de tu vida.Comienza a disfrutar un regalo que te harás hoy mismo: una caminata al aire libre, preparar una rica cena o un baño de espuma, comprarte ese libro o ese CD que tanto quieres tener y planificar una salida con alguien querido son algunas posibilidades.

Decide realizar ese cambio que sabes que traerá aparejados grandes beneficios: solo por hoy, no fumes, come sano, no busques pelea, trata de ponerte en el lugar del otro y de comprenderlo. Solo por hoy, hasta que vayas a dormirte, y mañana al levantarte fíjate lo bien que te sientes y lo que ha cambiado tu perspectiva.Elige un pensamiento positivo para que te acompañe el resto de la jornada. Que en este momento tomes la determinación de enfocarte en algo muy bueno y recuerdes esta frase hasta el anochecer cambiará tu energía hasta niveles impensados.

Algunas ideas de pensamientos positivos (¡puedes crear el tuyo!):

Mi hijo está creciendo sano y fuerte

Hoy es un día único y lo voy a disfrutar

Me rodean personas que me quieren mucho y a quienes puedo acudir siempre que lo necesite.

Amo a mi mascota

Me siento muy agradecido por...

Hoy gozaré de paz y de tranquilidad internas, más allá de las circunstancias con que me encuentre.
Perdonaré

Tu presente es el resultado de tus pensamientos y de tus acciones el pasado.¡Hoy es un muy buen día para comenzar a tener actitudes bien positivas, que se traducirán en un futuro más dichoso!

¿Qué vas a hacer hoy en los dos minutos que dedicarás a tu mejora emocional?

domingo, 6 de diciembre de 2009

Dejar ir, saber soltar


Mi pasado ya no me tiene prisionero: pesares pasados, traumas previos, dolores y sufrimiento.

Yo creo en milagros y en un futuro lleno de alegría.

¡Adquiero el valor de dejar ir y soltar!

Me desprendo.

De todo.

Punto.

Cuando hacemos nuestro trabajo espiritual –compartiendo, transformándonos, compartiendo de nuevo– muchas veces tenemos la oportunidad de ayudar a otras personas a volverse más fuertes y más exitosas. Es importante recordar que aunque ellas no atribuyan su crecimiento o su éxito a nuestra contribución, no significa que no hayamos tenido éxito.A menudo esperamos las gracias, el crédito, el reconocimiento de nuestra participación en el proceso.

Lamentablemente, cuanto más esperamos, y más esperamos, en realidad más lo perdemos.Nos confundimos acerca de lo que es nuestro y lo que no lo es. Ya se trate de nuestra carrera profesional, nuestros amigos o nuestra familia, cuando sentimos que algo es nuestro, empezamos a perderlo. Si observas el éxito verdadero, éste siempre viene sin apegos. Debe ser menos importante para nosotros cómo ven los demás nuestra contribución y es más importante cómo el universo la tiene en cuenta.Cuanto más apego tenemos, en realidad menos obtenemos. Cuanto más control queremos, menos acabamos controlando. Cuando soltamos, no que renunciemos a nuestra responsabilidad sino cuando actuamos como un verdadero líder, dando libertad de acción al segundo y tercer nivel por debajo del nuestro, podemos hacer y lograr mucho más.Soltar significa confiar más en el Creador. Saber que puedes llegar a más personas y compartir más si controlas menos y dominas menos, no es fácil de implementar. Esto requiere un cambio de conciencia.

El buen liderazgo viene con la confianza y la delegación de responsabilidades; eso le da poder a la gente que está detrás de ti o por debajo. Cuanto más éxito queramos tener, más necesitamos encontrar una forma de compartir parte de esa presión y ese control con la gente que está a nuestro mando, y animarles a que ellos hagan lo mismo que con los que están a su mando, y así sucesivamente.

El universo funciona de forma que un poco de todo lo que tenemos y trabajamos no puede ser para nosotros; no podemos disfrutarlo, beneficiarnos y hacer uso de esa parte. Intentar aferrarnos a todo sólo hace que las cosas se vuelvan más pequeñas.Nada es completamente nuestro. El universo va a enseñarnos eso por el camino más duro si no lo entendemos por nosotros mismos. Y cuando se trata de esas personas –hijos, amigos, familia y compañeros de trabajo– a las que sabemos que podemos influenciar para mejor: ¿cómo podemos asegurarnos de que las lecciones que reciben de nosotros serán las adecuadas?

Cuanto más soltemos y no intentemos tener el control absoluto, más podrá el universo suplementar su proceso de aprendizaje.¿Cómo podemos asegurarnos de que esa experiencia o lección es la que necesitan experimentar? No intentando controlar todo. El universo y otras personas les enseñarán, de la misma manera que el universo nos enseña a nosotros.Durante esta semana, pues, practica el desapego. Suelta el control. Deja que todo el mundo goce de los frutos. Cuando plantas una semilla, cien personas pueden gozar de los frutos, así que no trates de quedarte tú con todos.

Los quiero! yo!